¿Cuánto sabes de la discapacidad auditiva?
Hoy vamos a hablar sobre la discapacidad auditiva, los términos y definiciones más importantes que debemos conocer.
Entonces, podemos definir la discapacidad auditiva como una pérdida o un funcionamiento anormal, anatómico y/o fisiológico, del sistema auditivo.
Su consecuencia inmediata es una dificultad en la audición que, a veces, implica un déficit en el acceso al lenguaje oral y la comunicación.
Hipoacusia, sordera o presbiacusia . ¿Qué significan estos términos dentro de la discapacidad auditiva?
Aquí definiremos algunos términos que son muy importantes y que debemos tener claros a la hora de hablar sobre la discapacidad auditiva.
Se denomina hipoacusia a la disminución de la capacidad auditiva.
Teniendo en cuenta que la capacidad auditiva se mide en decibelios (dBHL) y que una audición normal puede escuchar sonidos suaves a partir de 20 dBHL, los distintos niveles de hipoacusia son:
- Leve: pérdida auditiva de entre 20-40dBHL, no perciben la voz débil o lejana y a la persona le cuesta distinguir los sonidos en entornos ruidosos.
- Moderada: pérdida auditiva de entre 40-70 dBHL, tienen dificultades en entender el habla, les cuesta participar en conversaciones.
- Severa: pérdida auditiva de entre 70-90 dBHL, pueden escuchar conversaciones muy altas o a distancias muy cortas.
- Profunda o sordera: pérdida auditiva de más de 90 dBHL, solo hay capacidad de escuchar sonidos ambientales muy fuertes.
- Cofosis o anacusia: es una ausencia total de audición. Es un problema muy poco frecuente ya que incluso, en las sorderas profundas se mantienen unos mínimos restos auditivos.
Cuando la hipoacusia se produce por envejecimiento debemos hablar de presbiacusia .
Esta se define como la pérdida gradual de la audición en personas mayores, por el deterioro del sistema auditivo.
Es muy común en este colectivo, a partir de los 60-65 años y va aumentando su prevalencia con la edad.
«Persona sorda» o «sordomudo» ¿son apropiado esos términos?
Como ya hemos visto, una persona es sorda o tiene hipoacusia profunda cuando tiene muy poca capacidad auditiva, pero no implica una ausencia total.
Por eso, a veces, al ver una persona con un implante coclear o usando la Lengua de Signos, se le denomina erróneamente persona sorda, sin conocer realmente el nivel de capacidad auditiva que tiene.
Por otro lado, las dificultades en la adquisición del lenguaje en las personas con sordera, hace que se mezclen los término y se les denominen «sordomudos», la capacidad del lenguaje no está afectada, sino que no ha sido adquirida.
¿Qué soluciones podemos aportar para facilitar la inclusión y la integración de las personas con discapacidad auditiva?
Desde Hogar+Vida os presentamos algunas de las soluciones para que los entornos privados y públicos sean lo más accesibles posibles.
Sobre todo, se debe cuidar las condiciones acústicas del entorno, hay que evitar la presencia de ruidos molestos e innecesarios para conseguir un entorno confortable.
También, una buena señalización, mediante gráficos, imágenes, cartelería informativa, folletos y textos escritos, etc., facilita la orientación e información sobre cualquier espacio, producto o servicio.
Ésta debe ser de lectura fácil, con un tamaño adecuado, a las alturas recomendadas y con un tipo y un contraste adecuados.
Además, debemos incluir una buena señalización de los entornos que dispongan de recursos accesibles para las personas con discapacidad auditiva.
A su vez, las señales sonoras (alarmas, timbres, teléfonos, evacuación y emergencia, etc.) se deben acompañar de señales luminosas, facilitando la seguridad y la percepción de la información.
Bucles magnéticos, teléfonos con amplificador, pantallas con subtítulos y Lengua de signos, signoguías, apps para móviles y tablets, etc. , son algunos ejemplos tecnológicos que mejoran la accesibilidad del entorno.